domingo, 29 de abril de 2012

“Hay un aroma que antecede a la entrada del “tiempo único” que es igual al que debería surgir de una flor, pero cuya presencia no existe. Descubrimos que esa deliciosa emanación, que parece surgir de la nada, se desprende de un esfuerzo personal. Aquel que realizamos para sostenernos de pie, resistiendo la energía inercial de un universo que nos devora o somete”.


El hombre "despierto"
Se requerirá de una fortaleza insospechada para poder detener la inercia voraz que nos impulsa desde el comienzo del tiempo. Y que en la actualidad nos disfraza de lo que creemos ser, otorgándonos la transitoria identidad de un “Yo” ficticio. Pero que en realidad sólo es la energía del universo reaccionando, desde los confines del tiempo.