lunes, 26 de noviembre de 2012

"Lo que comúnmente se denomina "despertar" es sólo una instancia de mayor calidad energética dentro de un mismo sueño. Es un soñar adecuado, que le otorga al ser en cuestión cierta armonía entre su mundo interior y exterior, pero sólo eso. Por lo que dicho ser llamará "dormido" al que no consiga ese equilibrio. De todas formas, ambos seres, pertenecen al mismo sueño".


 La esfera del sueño

Es preciso y necesario establecer un nuevo sentido para la palabra “despertar”, dado que dormidos la hemos usado para describir cierta toma de conciencia, un cambio de valores, una mirada distinta. Pero lo cierto es que despertar será siempre, y en todos los casos, una diferente manera de dormir.


No es posible despertar partiendo del estado del sueño, dado que no  sabemos si es que en realidad soñamos que despertamos. Es condición necesaria para despertar partir de otro sitio, y que éste jamás haya sido soñado.

Deberíamos representar esta instancia como un punto de partida real, sólido. Un puerto lúcido. Aquel del que Arquímedes habló para mover al mundo.
Para los que dormimos cuesta imaginar tal lugar, dado que no podemos traspasar el límite que nos retiene dentro la esfera del pensamiento ficticio.

Este lugar, este pie firme sobre lo sólido, el punto sobre el que se sostiene la palanca con la que se imprime el movimiento primordial, este “acto real”, no puede ser el efecto de una causa anterior, puesto que carecería de la solidez necesaria para servir de apoyo.
Toda acción, sea causa o efecto, que se produzca dentro de la esfera del sueño, siempre será un efecto. Cuya verdadera causa, única real, proviene de otra esfera, la del pensamiento único (a-causal).
 
 Desde aquí, desde este primer acto o punto de partida real, el plano en el que progresa el sueño del hombre común puede ser trascendido. Y el hombre no despierta de su sueño, sino que en su soñar de siempre se le instala la semilla del espíritu.
Y es así que comienza a ser impulsado a construir el puente que lo deposite en la Ciudad de Dios: La esfera del hombre consciente.
    
Lo que comúnmente se denomina "despertar" es sólo una instancia de mayor calidad energética dentro de un mismo sueño. Es un soñar adecuado, que le otorga al ser en cuestión cierta armonía entre su mundo interior y exterior, pero sólo eso. Por lo que dicho ser llamará "dormido" al que no consiga ese equilibrio. De todas formas, ambos seres, pertenecen al mismo sueño.

Este hombre “despierto” puede prever acontecimientos. Pero no lo hará por clarividencia, sino porque conoce cuáles son los efectos posibles, de causas determinadas, sobre un contexto especifico. Por lo que estará en condiciones para enfrentar sus consecuencias.
El hombre “dormido” no domina este arte, por lo que no está preparado para recibir los efectos que generan sus actos. 
Es víctima permanente de sus conductas erróneas como también de las acertadas. 
Vive sobre una báscula emocional que lo define dependiente de los efectos, para él imprevistos, que provoca su accionar sobre el mundo. 
Este ser no es previsible para sí mismo, ni tampoco para los que tengan su misma calidad de sueño. Sólo aquel que adquiera una mayor sutileza podrá prever sus posibles reacciones.
Ambos seres pertenecen y se desarrollan dentro de la esfera del dormir, sólo que uno domina mejor el "juego" (ley de causa-efecto). Mejor dicho,la ley de los efectos que se suceden. Dado que dentro de la dimensión del dormir no existen las causas reales.

El ser real nunca puede despertar simplemente porque jamás perteneció al mundo del sueño.
Partiendo de este razonamiento debemos llegar a la conclusión de que todo lo que necesite ser despertado, o sea, que provenga de un estado de sueño, permanecerá siempre dentro de la esfera energética de la realidad ilusoria. 
La energía que conforma este dormir no es capaz de producir de sí misma el germen causal de su propio despertar.

 Claro que el hombre, al sutilizar su sueño, acercándose al nivel de vibración que se corresponde con la esfera consciente, va mejorando su vida físico-anímica. Pero no lo hace por voluntad propia, sino por el mismo proceso evolutivo (automático) del cual es parte. Crecerá y observará cosas que antes no percibía. Sentirá que ha despertado (falso despertar).
En su soñar se abrirán panoramas nuevos. Relacionará sucesos por lo que comenzará a prever efectos. 

Este “juego” lo impulsará a la búsqueda. Pero será una búsqueda vacua. Dado que no logrará liberarlo de las cadenas que lo atan a la ilusión. Aún se mantiene dentro de la esfera de la cual partió, por lo que tanto las cadenas, como el deseo de liberarse, forman parte del mismo material del que está hecho su sueño. Buscará sin saber dónde buscar, “algo” que él desconoce.

Se le impone por este gran vació  que comienza a percibir, dado que no logra liberarse, la "cruzada" por despertar en el prójimo, la misma inquietud que lo movilizó a la búsqueda. 
Lo incita a considerar la posibilidad de haber sido presa de un engaño. La frustración por desconocer lo que realmente busca y en dónde buscarlo lo masifica. Se convierte en víctima, asocián-dose a cómplices para desenmas-carar al dueño de sus cadenas.

Surge ahora la idea de una sociedad opresora. Un élite dominante que intenta por todos sus medios mantenerlo "dormido". Manipulando su individualidad para su beneficio.

Este “nuevo” ser que se considera despierto utilizará en la lucha que entabla para su liberación, las mismas armas que sus enemigos utilizan para esclavizarlo(dentro del sueño no hay otras). 
Se inicia así una lucha virtual entre dormidos. 
Dominará la acción el que pueda observar mejor la secuencia de efectos, o posea una panorámica actualizada, para poder definir las acciones a seguir para la conquista. 
Dentro de este juego muchos "dominados" terminan por ser "dominadores". 
Lo que de inmediato les calmará su sed de búsqueda.
Pero sólo es la mala calidad energética del sueño la única responsable de no hacerle visible al ser, que tanto el deseo de libertad, como las cadenas que se la impiden, son el producto del mismo sueño. 
Y no una metodología conspirativa que oculta una verdad para poder sojuzgarlo.

Convengamos que la única posibilidad que posee el hombre para sutilizar su soñar surge de su lado biológico, digamos que de su cuerpo.

Y cuando este “sueño” se aproxima lo suficiente a la frontera del pensamiento real, de la que provienen causas primigenias y creadoras, su grado de sutileza será el requerido para que de la esfera del ser, parta, atraída por idéntica vibración, la semilla que penetrará el sueño. 
A manera de meteorito cuando golpea la tierra, o como lo hace un espermatozoide cuando penetra el óvulo. 
La esfera del sueño es "fecundada". 
Y en tierra firme germinará la semilla del hombre real, la del ser creador, la del ente causal. El punto de apoyo sólido desde donde surgirán las causas primordiales. 
Aquellas que darán formas nuevas a un universo que se expande.


Axser  

  

4 comentarios:

  1. Para mí despertar fue descubrir las vallas del corral. Cuando descubres que siempre fuimos tratados como ganado de manera conciencial, la finalidad de la vida ya no es creer a nadie, es creer en ti.
    Se le llama despertar por lo traumático del proceso. Seguramente también fue traumático descubrir que los reyes magos eran los padres, pero hace tanto tiempo, que lo olvidamos.

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  2. AXSER: afuera no hay nada pues Nada irreal existe. Sólo el SER creyendose hombre (humano, creyendose atacado, cuando sólo hay autoataque), para justificar que el mundo existe. Creyendose creación, cuando es él mismo quien esta creando todo el teatro y drama cósmico. Cómo diluir toda ilusión y volver a ser EL SER? Parecería pues que seguimos encadenados a lo ilusorio, pues tú, yo,..... seguimos escribiendo y buscando. Abrazos

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  3. Siempre dentro de la esfera del sueño ( la única que conocemos sino no buscaríamos) detrás de la valla que se salta hay otra más, quizás más lejana por lo que aún no podemos verla.
    Claro que esa incapacidad de ver nos dará la sensación transitoria de cierta libertad.
    Pasaremos un tiempo caminando "en libertad" y de golpe encontraremos otra valla, que nos volverá a hacer sentir "ganado".
    Juntaremos fuerza y la derribaremos creyendo que fue la primera. Pero por dormir, hemos olvidado todos los saltos anteriores.
    Y así seguiremos, alternando momentos de libertad (salto), a campo abierto, con épocas de esclavitud(corral) durmien-do recurrentes sueños de libertad.
    Hasta que preparemos el terreno que atraiga a nuestro yo dormido la "caída" o "la llegada" de la semilla del ser real. Y ahora, en tierra fértil, germinará nuestro Ser Real, que no proviene de la esfera del sueño, pero que toma de ella la energía para expresar lo que proviene del universo (esfera consciente).
    Hemos Despertado!
    No olvidemos que lo real existe(Ser real), y se alimenta de la ilusión (ser irreal). La semilla germina porque el campo es fértil. Ambos estados son importantes. Diferentes etapas del camino.

    Gracias a todos por su interés.

    Saludos!

    Axser

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