martes, 23 de agosto de 2011

Sueño con la imagen de un inmenso océano, sé que es el vientre de Dios. Nada ocurre. Veo el agua azul y calma hasta que de ese espejo inmutable, surge tempestuosa una cima. Sé, que más tarde, será una pequeña isla. Y esa isla, seré yo.


 El  hombre Real
Todo es alimento de algo superior, y a la vez, ese alimento, no es consciente de ser devorado. Somos, al transcurrir, consumidos por el creador del tiempo, que sin piedad nos otorga la esperanza del mañana, pero nos arranca a pedazos cada minuto presente. “

miércoles, 10 de agosto de 2011