lunes, 27 de junio de 2011

“Ninguna ecuación matemática da por resultado el aroma que produce la lluvia de verano sobre un reseco campo de trigo, menos aún, algún recuerdo que ese aroma nos entrega a la memoria. Quedémonos tranquilos, la única forma de descifrar el lenguaje divino mora en la casa del Padre, que es el templo del espíritu”.

La palabra
Cuando el hombre abandonó la casa del Padre olvidó su lenguaje; y, por ese olvido, fue necesario desarrollar un lenguaje nuevo, que al hablarlo, lo incomunicó para siempre.

La diferencia fundamental entre uno y otro, es que el primero surge del cuerpo de manera natural y exacta.
Como la flecha del arquero Zen, que logra dar en el blanco sin la guía de su mirada (lo más parecido al lenguaje perdido).

En cambio el otro, es un intento desesperado  por arribar a un convenio para dar un nombre a lo desconocido y que ningún registro interno (por estar oculto) logra decodificar (reconocer).
Por lo que el hombre postula sonidos que representan cosas, hasta llegar al acuerdo que lo tranquiliza:
Ahora el sonido PAZ, representa ese acuerdo.

Sólo el cansancio y la prisa por nombrar, ante el temor, hacen que se decidan sonidos que representan lo que nos rodea. Pero es un intento abortado porque jamás se dará en el blanco.
Dado que el centro del blanco es un espacio interno, como el de la flecha.
El arquero NOMBRA cuando acierta. Y lo  muestra, para que veamos lo que él ya logró en su interior( la palabra).

Todo sonido que elijamos para nombrar algo es un sustituto. Nunca será el verdadero.  
Es como cuando la flecha erra el centro del blanco.

Cuando el hombre se retira el Templo del Espíritu (la casa del Padre), y comienza el viaje de la ilusión, inicia un camino de  confusión y sufrimiento que intenta sobrellevar con la ayuda de la filosofía y con todas las ciencias que surgieron de ella.

La matemática y sus números le dan un marco a la mágica obra del Padre, pero jamás podrán entenderla verdaderamente. Dado que el lenguaje no es el correcto. La ciencia es la expresión más compleja de lo más sencillo.

Hay quienes intentaron realizar teoremas y cálculos, sobre el plácido deambular de una paloma picoteando migajas arrojadas por un niño. Pero, por suerte, otros, escribieron poesía.

El arte es, quizás, el intento más noble del hombre por expresar, en idioma todavía humano, un sentimiento Divino.
Sin embargo, desvía el camino de regreso a la morada del Padre, en donde existe el lenguaje que hemos olvidado.    

                            
                                AXSER


                

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